Fue creado en el año 1991 para conservar uno de los ecosistemas desérticos de Sudamérica y preservar sus yacimientos arqueológicos y paleontológicos.
En el Parque se destaca el denominado Potrero de la Aguada cuyas sierras de color rojizo, con sus acantilados, cornisas y terrazas, delimitan un inmenso anfiteatro natural.
La vegetación en el Parque es escasa. Está representada por jarillas (un género de arbustos siempre verdes), cactus y quebracho blanco. Aunque la zona es muy árida, tiene una fauna abundante: puma, gato montés, zorro gris y mara son los mamíferos más comunes. Entre las aves se destacan el ñandú, el halcón gris, el águila mora o colorada y el cóndor andino.
En el Potrero de la Aguada corre el río de igual nombre durante la época de lluvia; en el resto del año su curso sólo presenta arena y rocas.
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