La curtiduría en Chouwara, a la que
corresponden estas fotos, ofrece una
de las imágenes más representativas de la Medina de Fez. Los artesanos
del cuero se establecieron en
la Edad Media en el barrio de Chouwara,
cerca del río, para sacar así provecho del agua con la que tratan las pieles.
Es la más grande de las cuatro curtidurías tradicionales que aún
existen en el corazón de la Medina de
Fez el Bali. Infinidad de fosas repletas
de tintes naturales componen un colorido paisaje en el cual los curtidores se encargan de la producción y coloración del
cuero del cordero, el buey, la cabra y el camello.
El primer paso que se realiza en estas curtidurías es eliminar las impurezas de las pieles introduciéndolas
en enormes cubas repletas de cal, heces de paloma, ceniza y orina de vaca donde se dejan en
reposo durante varios días. Posteriormente se retiran los restos de pelo que
queden adheridos a la piel y se procede a la
coloración de las piezas
introduciéndolas en grandes cubas rellenas de tintes naturales de diferentes colores azules,
amarillos y rojos, entre otros colores.
Una vez que las pieles se encuentren coloreadas y secas,
pasarán a manos de los artesanos que se ocuparán de
transformarlas en productos tales como: bolsos, maletas, zapatos y
abrigos para su venta al público.
El lugar donde trabajan los curtidores
se encuentra rodeado de tiendas con terrazas superiores desde
las que se puede admirar cómo trabajan estos artesanos y cuán duro es su
trabajo.
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